lunes, 31 de marzo de 2014

Héroes anónimos.










Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, 
si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que    
                                                               pueden hacer todos ustedes juntos. 
 
Mahatma Gandhi

                                                 


Cuántas veces hemos leído que una persona con una enfermedad ha hecho tal o cual proeza, seguramente que más de una. Si profundizamos un poco vemos que generalmente la hazaña siempre es de carácter deportivo. No cabe duda de que es un reto para quien lo consigue y que es digno de aplauso porque no es nada fácil de alcanzar, detrás ha habido mucho entrenamiento y tiempo para ello, mucho esfuerzo, ilusión y apoyo de su entorno. La prensa lo recoge de forma efímera, sin adentrarse en nada más y esperando una nueva gesta que sea aún mayor que la anterior y con el mensaje subliminal de que está al alcance de todos; confundiendo los verbos querer y poder de forma bienintencionada, pero muy equivocada.  Hablando de deportes, no vendría nada mal que las estrellas del deporte, en especial las del fútbol, dedicaran unas horas de su tiempo a visitar algún hospital pediátrico una vez al mes y si es posible alejado de los focos mediáticos.
Pero volviendo a lo de antes, ¿por qué tiene que ser un determinado tipo de objetivos?, ¿pueden ser una referencia de superación para los demás? Pienso que no, que para el que lo logra sin duda que sí. En cambio sí que me parece más convincente el hecho de cientos o miles de retos que día a día superan una dificultad de índole motora, intelectual, etc. Esa pareja que son capaces de convivir superando las deficiencias de una vivienda o de una comunidad de vecinos generalmente poco receptiva a hacer la vida más llevadera porque cuesta dinero adaptar el acceso o, simplemente porque se sienten “superiores” a los demás por el hecho de estar en plenitud física, que de todo hay. Esa chica o chico que saca unos estudios con más esfuerzo que los demás porque tiene dolores o se enfrenta a unas instalaciones obsoletas y por tanto hostiles que se ajustan a un canon determinado de movilidad. Y qué decir de las personas con alguna enfermedad que tienen hijos y con un esfuerzo titánico consiguen una de las metas más maravillosas como es sacarlos adelante. Otras veces es sencillamente imposible de alcanzar objetivos porque no tienen apoyo de ningún tipo o no tiene la suerte de haber encontrado un tratamiento eficaz para sus dolencias y, sin embargo, cada día se despiertan y tratan de hacer la vida más feliz a los que tienen alrededor, bien sea tratando de no quejarse (como si no tuvieran derecho) o dando ánimos. En definitiva estos pequeños retos y otros muchos, son los que conforman el acontecer diario de muchas personas y eso si que es una clara referencia de superación para todos. Que duda cabe que nunca conseguirán titulares en los periódicos, ni siquiera en el apartado de breves o como mucho figuraran en una fría estadística.
Mientras tanto seguiré aplaudiendo las proezas y sobre todo abrazando y animando a todos esos héroes y heroínas anónimos que tenemos al lado.